Veintitrés países del mundo tienen el
español como lengua oficial y en otros como Estados Unidos es la segunda lengua
en importancia; además muchos aseguran que el castellano es el idioma más rico
lingüísticamente hablando, pero no obstante en todos los países de habla
hispana hay muchas palabras que tienen significados diferentes. En España
yo debía omitir de mi vocabulario palabras como “pajero” o “cipote” que en El
Salvador son comunes, pero allá tienen un significado nada agradable.
El Salvador tiene una riqueza de
vocabulario que es impresionante y podríamos tener una conversación enfrente de
un extranjero y que este no se enterase de nada. Lo mismo pasa al escuchar una
conversación entre dos españoles, uruguayos o bolivianos, podríamos no
enterarnos de nada si éstos se lo proponen.
Por esa razón he creado diferentes
piezas bajo el concepto “yo no hablo español, hablo salvadoreño”. Es cierto que
todos hablamos español, pero hablamos un español “salvadoreñizado”, del que
debemos sentirnos orgullosos y preservar, porque esa riqueza lingüística nos
diferencia de los demás países hispanohablantes que tiene cada uno sus rasgos
característicos.
Cuando me puse a investigar las
palabras autóctonas de mi tierra caí en cuenta que las nuevas generaciones no
conocemos muchas palabras; éstas se han ido perdiendo con el paso de los años y
vale la pena que los salvadoreños conozcamos bien nuestros rasgos
idiomáticos característicos y de igual forma los extranjeros conozcan
más sobre la forma de hablar que tenemos los “guanacos”.
De esa forma he realizado algunas
piezas gráficas basadas en este concepto.
Espero les gusten.
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